Crimen insólito en Zanjón Grande: apareció muerta "la mujer de la zanja enorme"

El pequeño pueblo bonaerense de Zanjón Grande amaneció el sábado conmocionado. En la madrugada, efectivos de la comisaría local hallaron el cuerpo sin vida de Ramona Gutiérrez, más conocida en el barrio como “la mujer de la zanja enorme”.
El apodo no era casual: Ramona había ganado 3 años seguidos el concurso municipal de excavación a pala, logrando cavar la zanja más ancha y profunda de toda la región.
Su fama trascendía los límites del pueblo, y hasta había sido homenajeada en la última fiesta patronal, donde se cortó una cinta simbólica sobre una zanja cavada por ella misma.
Según el parte policial, el cadáver apareció al borde de su propio terreno, dentro de una zanja de 12 metros de largo, 3 de ancho y 2 de profundidad.
El comisario Eusebio Pintos aseguró que “no se trata de un accidente”, descartando la hipótesis de que la mujer hubiera resbalado mientras continuaba ampliando su obra maestra.
“Acá hay mano negra”, declaró Pintos ante la prensa, mientras atrás un vecino gritaba que en realidad era “mano de pala”.
Los testigos aportaron declaraciones tan confusas como pintorescas. Un vecino dijo haber visto a “un sujeto sospechoso con una pala cromada”, mientras otro aseguró que escuchó ruidos de excavadora a las 3 de la mañana, a pesar de que en Zanjón Grande nadie tiene excavadora desde 1987, cuando la única del pueblo se hundió en el barro y todavía sigue allí.
En la plaza, los rumores corren más rápido que las zanjas de Ramona. Algunos aseguran que se trata de un crimen pasional ligado a la competencia de excavación, ya que Ramona había humillado en público al actual subcampeón, apodado “el Pozo López”, diciéndole que su zanja era “apenas un charquito”.
El intendente decretó duelo municipal por 24 horas y anunció que la próxima edición de la fiesta patronal llevará el nombre de “Zanja Eterna, en memoria de Ramona”.
Mientras tanto, el pueblo entero aguarda novedades de la investigación. “En Zanjón Grande nunca pasa nada… Salvo cuando pasa, y ahí es zanjón abierto”, comentó un parroquiano en la cantina, resumiendo el espíritu del lugar.