Fiestas en Olivos: Milei, encerrado con "amigas" y ecos del albertismo nocturno


En los pasillos de la política porteña corre un rumor que mezcla nostalgia pandémica con rock libertario: Javier Milei habría encontrado en la Quinta de Olivos un nuevo "búnker recreativo" donde, al mejor estilo Alberto Fernández, se encierran cortinas, se baja la luz y empiezan las supuestas fiestas privadas con mujeres contratadas, champagne importado y guitarras desafinadas.
Dicen que los vecinos de la zona escuchan ruidos extraños a la madrugada. No se trataría de discursos presidenciales ni de cadenas nacionales improvisadas, sino de gritos que oscilan entre el "¡Viva la libertad, carajo!" y los clásicos coros de karaoke ochentoso.
Algunos testigos aseguran que Milei hasta habría imitado a Alberto: se hace encerrar en una habitación y deja que Karina Milei, su hermana, oficie de "organizadora oficial del ingreso VIP". ¿Hasta habría presencia de menores?
La versión que circula por los pasillos libertarios es que, mientras Alberto Fernández prefería la guitarra y el brindis de etiqueta, Milei habría reemplazado el Malbec por whisky escocés y el tango por heavy metal.
Eso sí, el patrón sería idéntico: mujeres contratadas, algún que otro asesor perdido en el living y un protocolo hermético que deja afuera hasta a los perros clonados.
Por ahora, el Gobierno guarda silencio. Milei no confirma ni desmiente, aunque algunos de sus allegados bromean: "Si Alberto tuvo su festejo de cumpleaños. ¿Por qué Javier no va a tener su ‘fiesta de resurrección del rock and roll’ en Olivos?".