Política
Exclusivo de NONA

Cristina Fernández, entre balcones, geriátricos y fidelidad eterna

La ex presidente Cristina Fernández de Kirchner con sus 101 años.

La escena parecía salida de una tragicomedia criolla: Cristina Fernández de Kirchner, con 101 años de edad y cumpliendo prisión domiciliaria en su ya famoso domicilio de San José 1111 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), decidió salir al balcón para saludar a sus fieles seguidores.

Los militantes, unos diez en total, promediaban los 80 años y agitaban con entusiasmo lo que podían: pañuelos, bastones y hasta un par de andadores.

Con la emoción de quienes esperan la aparición de una estrella de rock, coreaban “¡Te amamos, jefa!” mientras la ex Presidente, algo encorvada pero sonriente, respondía con un tímido movimiento de mano, como quien dice “todavía estoy acá, muchachos”.

Vecinos curiosos grabaron el insólito momento: un pequeño acto espontáneo de amor político donde las banderas parecían más frazadas dobladas, y los bombos, si alguna vez existieron, quedaron guardados hace varias décadas junto a las placas de Rayos X de cadera.

En un gesto que mezcló nostalgia con surrealismo, Cristina agradeció a “sus soldados del amor eterno” y prometió que “la lucha continúa”, aunque por ahora la lucha más cercana es contra la presión arterial y el olvido de dónde dejó los anteojos.

El episodio volvió a confirmar que, en la política argentina, ni las condenas ni el paso del tiempo logran disolver ciertos amores militantes. Porque si algo quedó claro, es que la épica no se arruga… Aunque los militantes sí.

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