En sus mensajes virales a través de cartas y audios filtrados, Espert redefine la propuesta de seguridad de su espacio político, convirtiendo su propia situación en un ejemplo extremo de lo que llama “eficiencia penal”.

Por ejemplo, explica cómo un delincuente promedio podría ahorrar tiempo y recursos siguiendo el camino que él, aparentemente, ya recorrió.

Mientras tanto, desde La Libertad Avanza intentan equilibrar la situación: algunos dirigentes aseguran que no se trata de un respaldo oficial al lema “cárcel o bala”, sino de una broma de su líder mediática. Otros, en cambio, confiesan que les resulta difícil explicar la paradoja ante los votantes.

Analistas políticos no tardaron en sacar conclusiones: “Espert logra algo que pocos políticos: convertir la cárcel en un escenario de marketing. Es un clásico caso de ‘si la vida te da limones, haz campaña con ellos’”.

Por su parte, la oposición se mantiene expectante, mientras algunos internautas comenzaron a usar el hashtag #CárcelOBalaChallenge, con humor variado, desde memes hasta consejos de seguridad que nadie pidió.

En definitiva, José Luis Espert sigue dando que hablar, esta vez desde detrás de los barrotes, mostrando que la ironía y la política a veces se dan la mano de la manera más literal posible.