
Eduardo Duhalde, el ex presidente que alguna vez gobernó en tiempos turbulentos, sorprendió a su entorno con una confesión que, aseguran allegados con sonrisa contenida, no tiene nada que ver con la coyuntura política: “Siempre quise ser modelo de revistas”, habría dicho, según versiones que circulan entre mate y mate.
La noticia cayó como un tiro por elevación en los pasillos partidarios: mientras sus ex compañeros repasaban balances y antiguas estrategias electorales, Duhalde, con la seriedad que lo caracteriza, habría mostrado un álbum de poses (al parecer, improvisadas) inspirado en portadas ochentosas y sesiones de estudio con luz tenue.
Duhalde es otra de las cepas del virus patógeno llamado Peronismo ✌️ pic.twitter.com/2b4apywvL3
— gust λvo💛🇦🇷 (@Gus_HL2) January 13, 2021
“Me gustan las cámaras, me relajé en la política, ahora quiero relajarme ante un lente”, habría comentado en voz baja para evitar que le pidan volver a la campaña.
En el club de fans (un reducido grupo formado por ex asesores, un secretario y la vecina que corta el pasto), ya se barajan ideas para su debut: una tapa en blanco y negro con sombrero fedora, un especial “Duhalde en traje de baño” para la revista imaginaria El Resto, y una sesión de fotos nocturna al borde de la pileta de su casa de campo.
“Hay que explotarlo: tiene porte, tiene experiencia en escenarios y sabe posar para la foto institucional”, bromeó alguien que todavía le agrega “presidente” en las invitaciones.
Los voceros oficiales, dividido entre la incredulidad y la diplomacia, salieron a aclarar que por ahora todo es chiste amistoso y que, de concretarse, la renuncia a la política sería (como mínimo) un gesto digno de una comedia dramática.
Mientras tanto, los analistas no descartan que este aparente giro artístico sea, en realidad, la mejor estrategia para volver a ocupar titulares: si la política lo llama, que lo haga por carta y con fotógrafo incluido.